martes, 3 de febrero de 2009

La muerte de las ideologías (Fragmento) - Gustave Thibon



La Muerte de las Ideologías
Gustave Thibon
(Fragmento)



"Las ideologías llevan la tiranía a su máxima expresión. Cuando se cree saber todo, también se cree poder todo, como Dios, que es a la vez omnisciente y omnipotente; no hay ya más freno ni límites, porque el hombre se ha vuelto Dios, con su mismo poder. Los mismos marxistas han dicho en numerosas oportunidades que el déspota ilustrado es el peor de los déspotas, ya que el poder de su voluntad oculta toda la verdad y el bien final. Y es aquí donde surge el peor de los terrores: el terror de las ideologías. Cualquiera sea la resistencia que le opongan las cosas, es necesario que la idea entre por la fuerza en la realidad. En una época en la que no abunda la virtud, para encarnar un ideal hay que sustituir la virtud por el terror. Son las palabras de Robespierre, quien decía:

“La revolución reposa sobre dos pilares: la virtud y el terror. La virtud, sin la cual el terror es odioso, y el terror, sin el cual la virtud es impotente”.


Al fanático de las ideas no le interesa en absoluto que los resultados prácticos sean totalmente opuestos a los principios. Los de la revolución eran: libertad, fraternidad, igualdad. Con respecto a la libertad, se proclamaba en slogans de la revolución: “que no haya libertad para los enemigos de la libertad”; y los enemigos de la libertad eran aquellos que no tenían las mismas ideas de libertad que los revolucionarios. Con respecto a la fraternidad, podemos afirmar lo mismo; se decía “sé mi hermano o yo te mato”. En cuanto a la igualdad, se vieron surgir nuevos maestros, promotores de la igualdad, que desembocaron en la peor de las desigualdades: la desigualdad del dinero, la desigualdad de la burocracia, el parasitismo. Lo “igualizado” no es lo igual, ya que siendo los hombres desiguales por naturaleza, no es posible volverlos iguales, sino por la fuerza, y para ejercer la fuerza, hay que ser desigual. El despotismo lleva al extremo la desigualdad. Lo que es peor aún, es que el fanatismo de los ideólogos se expande entre la muchedumbre, por un lado por la violencia abierta, o bien por la propaganda, que constituye otra especie de violencia. El fanático tiene siempre algo de apóstol, tiene necesidad de crear fanáticos. Se da entonces una curiosa mezcla donde se confunde la ebullición pasional con la frialdad de la idea. Víctor Hugo dice: “el fanático es ardiente, lo que no le impide estar frío; y es sincero, lo que no le impide ser de mala fe”.


Este fanatismo, insisto, tiene siempre un fundamento en lo real, pero deforma, mutila ese núcleo de realidad, en función de la ideología que la inspira. Falsifica las energías y las pasiones que provienen de lo real, para transformarlas en abstracciones; y las abstracciones son verdaderos monstruos sin entrañas: tienen hambre pero no tienen estómago. Así es el patriotismo nacido de 1789: la patria no es otra cosa que un abanderado al servicio de la ideología revolucionaria: no existe más la verdadera patria. Se sirven del verdadero amor de los hombres hacia la patria, para ponerlo al servicio del falso patriotismo de la idea. Y esto lo vemos claramente en las guerras modernas: no son más guerras de interés, ni de prestigio; son guerras ideológicas. Y como son guerras ideológicas, se convierten en guerras totales."



Fragmento del texto "La Muerte de las Ideologías" discurso pronunciado por Thibon en 1981 en Buenos Aires, en la Universidad del Salvador puede leerse compelto en : http://www.salvador.edu.ar/juri/apuntes/Uncal-%20Filosofia%20del%20D/MuerteIdeologias.pdf

1 comentario:

  1. Muy bueno este artículo... Me recuerda que aún hoy en nuestro país siguen liderando las ideologías, o mejor dicho, la ideología "marxista". Aunque el muro haya caído y CHine sea "capitalista"...

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