miércoles, 13 de octubre de 2010

De Prada: «A la Iglesia la van a perseguir cada vez con más saña» - José Antonio Méndez

De Prada: «A la Iglesia la van a perseguir cada vez con más saña»
José Antonio Méndez


Don Juan Manuel de Prada es uno de los articulistas más prolíficos del panorama periodístico español, y uno de los pocos que merecen llevar el apellido de católico. Ahora, acaba de publicar, en la editorial LibrosLibres, una recopilación de textos publicados en ABC, XL Semanal, L’Osservatore Romano, Capital y Padres y colegios, bajo el nombre de “La nueva tiranía”. Una denuncia de «la visión hegemónica del mundo que el poder impone al hombre, convirtiéndolo en carne de ingeniería social», casi un trampantojo de la realidad, que De Prada ha dado en llamar el Mátrix progre.


- Pepiño en Fomento, Trinidad Jiménez en Sanidad, González-Sinde en Cultura... ¿Hay signos de esperanza? ¿El Mátrix progre empieza a hacer aguas?

- No, lo que yo llamo el Mátrix progre no se sostiene por grandes cerebros, sino que lo sostienen los súbditos. Y para eso no se necesita a personas inteligentes. Se exalta a las personas mediocres, porque así se le dice a la gente: Podéis ser ignorantes, sin otro mérito que el sectarismo ideológico, y llegar a lo más alto.


- Oiga, y con gente así en el poder, ¿no llegarán a cansarse esos súbditos?

- Al contrario. Que quienes nos gobiernan sean personas lerdas les da mayor autoridad, porque, en esta fase de degeneración democrática, el mérito, la nobleza..., son virtudes que no se reconocen; y frente a la idea cristiana de igualdad (somos iguales en origen y, a partir de ahí, desarrollamos nuestros talentos), el Mátrix progre dice que somos iguales, con independencia de nuestros méritos, esfuerzos y capacidades...


- ¿Cuáles son los riesgos de vivir en la sociedad que impone el Mátrix progre?

- Todas las tiranías son impositivas, muy represoras, y tarde o temprano se muestran así ante los tiranizados, pero lo peligroso de esta nueva tiranía es que provoca grandes adhesiones, porque no impone ni reprime, sino que permite y exalta. Su finalidad es la misma: generar un hombre nuevo, una ingeniería social, pero los métodos utilizados son permisivos. Esto es consecuencia del derrumbamiento de la izquierda clásica, cuyo pensamiento siempre fue dogmático.


- ¿Y cuáles son los nuevos dogmas ideológicos?

- El orden revolucionario de la izquierda siempre fue contra los dogmas cristianos, que se fundan en algo profundamente humano como la necesidad de trascendencia. Los revolucionarios eran materialistas, y por eso terminaron cayendo. La izquierda, para no morir arrastrada por el derrumbe de sus planteamientos, se preguntó qué tenía que hacer para acabar con su enemigo fundamental, que propone una forma de vida alternativa. Y dijeron: «No hay dogmas, el Haz lo que quieras es la única ley». Nos han dicho: Haz lo que quieras, y tu voluntad la convertiremos en ley; tus caprichos, en derechos; y tus pulsiones, en libertades. El poder se convierte en garante de los presuntos derechos, que se han convertido en un totum revolutum de anhelos, intereses y reclamaciones.


- Sin embargo, nos dicen que tenemos más derechos que nunca...

- Y, sin embargo, la gente está más esclavizada que nunca, porque los derechos y libertades han dejado de ser una posesión natural, y sólo tienen existencia si graciosamente el poder los consagra legalmente. Ésta es la gran argucia del Mátrix progre.


- ¿Quiénes son las víctimas de la nueva tiranía del Mátrix progre?

- Las víctimas son los súbditos, que están hipersexualizados e incitados al consumismo; todo es una permanente adoración a Mamón, el ídolo del dinero. Aunque el verdadero enemigo a batir no es ideológico, porque el Mátrix progre ha generado unos patrones mentales, culturales y emocionales que hacen que todo el mundo piense que la única realidad posible es la que impone el poder, con premisas acatadas desde la izquierda y la derecha. Su enemigo real es el que plantea una visión del mundo distinta, quien denuncia que la visión progre se sostiene sobre un expolio de la naturaleza humana. La Iglesia, que devuelve al hombre su necesidad de misterio, de divinidad, de fe, es el enemigo a batir. Nuestra visión de la Humanidad y del mundo es radicalmente distinta.


- ¿De ahí la beligerancia contra todo lo que suene o huela a católico?

- Claro. El enemigo del Mátrix progre no es la derecha, que está domesticada y que, incluso, comparte sus planteamientos. Ideológicamente, el Mátrix progre lo tiene todo atado y bien atado. Lo que teme de verdad es la conversión profunda de la sociedad, la subversión del orden establecido. Teme una visión del mundo que restituya al hombre su naturaleza y la visión trascendente de las cosas. Por eso, a su enemigo, a la Iglesia, lo va a perseguir cada vez con más saña. Ahora, que el Mátrix progre ve peligrar su tiranía, porque se acaba la anestesia de la prosperidad, exacerba el odio antirreligioso, acelera el proceso de destrucción social que es el aborto, los ataques a la familia, el adoctrinamiento... Vendrán épocas de gran tribulación, aunque apasionantes. El Mátrix progre podrá caer, y lo hará, pero caerá haciendo sangre. Eso lo tengo clarísimo.





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