El Progresismo Cristiano
Julio Meinvielle
Esta fresca aun sobre la impresión de los católicos, la enérgica reprobación del Siervo de Dios Papa Juan Pablo II a la llamada Teología de la Liberación y las pulidas declaraciones del Cardenal Ratzinger -por entonces Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe y hoy Papa Benedicto XVI- sobre las desviaciones heréticas de toda índole producidas después del Concilio Vaticano II. Roma parece no perder ocasión de hablar sobre el problema y de advertirnos con firmeza. El Progresismo es pues, ahora, un error incontestablemente condenado, irreversiblemente descalificado, enfáticamente enjuiciado.
Pero no era sencillo quince, veinte o más años atrás -en pleno auge de la herejía y de sus difusores- señalar el error, defender la doctrina verdadera, desenmascarar las falacias, desmontar los engaños sutiles y las ambigüedades perversas, indicar las desviaciones, mostrar las fuentes, los antecedentes y los orígenes del mal, prevenir sobre las consecuencias dolorosas que se sucederían de no mediar rectificaciones, atreverse con los intocables heresiarcas, y hacerlo todo con un amor inmenso a Cristo, a Su Madre y a la Santa Iglesia. No era sencillo, pero el Padre Julio Meinvielle lo hizo. Este libro -cuidada recopilación de escritos sobre el particular- lo recuerda y lo ratifica.
Algún día, se ha de reconocer que, a la Argentina, le cabe el honor de haber sido una de las primeras naciones que más y mejores pensadores movilizo en contra de la herejía progresista. Ese día, el nombre del Padre Julio Meinvielle y sus libros eminentes -de los cuales, este es un claro testimonio- ocuparan, sin retaceos, un sitio de honor en la historia de la Cristiandad.
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