miércoles, 15 de junio de 2011

Momento crucial para los lefebvristas - Francisco José Fernández de la Cigoña

Momento crucial para los lefebvristas
Francisco José Fernández de la Cigoña


Un muy querido amigo me envía la traducción del artículo de Messa in latino que os reproduzco a continuación:

MESSA IN LATINO
VIERNES, 10 de JUNIO DE 2011

INMINENCIA DEL MOMENTO DECISIVO PARA LA HERMANDAD DE SAN PÍO X: INTENCIÓN DE ORACIÓN PARA LA OCTAVA DE PENTECOSTÉS


Pentecostés de 2011: sobre la base de las informaciones que hemos podido recoger, todo indica que hemos llegado, en este mes de junio de 2011, al momento crucial del pontificado de Benedicto XVI en cuanto a las relaciones entre la Hermandad de San Pío X y Roma.

Pentecostés de 2011: el procedimiento indicado por el obispo Fellay, superior de la HSSPX, llega a su conclusión:

a) El motu proprio de 7 de julio de 2007, confirmado por la Instrucción sobre su aplicación de 30 de mayo de 2011, reconoce a todo sacerdote católico de rito romano el derecho de celebrar la Misa según el uso antiguo: se trataba de una primera condición preliminar puesta por el obispo Fellay para una eventual reconciliación.

b) El decreto de 21 de enero de 2009 revocó las excomuniones de los cuatro obispos de la Hermandad: se tenía así la segunda condición previa puesta por el obispo Fellay.

c) Una comisión teológica de la Hermandad es invitada a Roma para afrontar coloquios doctrinales ante la Congregación para la Doctrina de la Fe, en una mesa de discusión formada por tres teólogos de la HSSPX y tres teólogos romanos: tal y como se requirió expresamente por la Hermandad para poder verificar la hipótesis de suturar la ruptura entre Roma y los herederos del arzobispo Lefebvre.

Pentecostés de 2011: en su última entrevista, concedida en el Gabón, y publicada en el sitio de la Hermandad “DICI”, puede constatarse que el obispo Fellay se plantea dos preguntas sobre los acontecimientos que podrían seguir. Estas son, precisamente, sus palabras en la entrevista:

- “Permitidme concluir, ilustrísima, con dos preguntas. La primera tiene que ver con la relación entre la Hermandad y Roma. ¿En qué punto estáis en vuestros contactos? Y una pregunta complementaria: ¿podemos esperar a medio plazo una normalización de estas relaciones?

- Obispo Fellay: Los contactos continúan. Estamos llegando probablemente al fin de una fase de discusión. La cosa no está todavía completamente clara. ¿Qué pasará?. ¿Cuál será la salida de esta fase?. Esto responde a la segunda pregunta. ¿Qué prevé Roma ahora para nosotros?. No debemos hacernos ilusiones: estamos en plena crisis de la Iglesia, que ciertamente no se ha terminado. ¿Cuál es nuestro destino en esta crisis?. Pienso que de algún modo el buen Dios nos ha unido a esta crisis, porque trabajamos por la restauración de la Iglesia, pero aquélla podría durar todavía un decenio, quizá dos. Debe tenerse una gran valentía y perseverancia. Todo puede resolverse mañana, o quizá pasado. Todo está en las manos de Dios. Permanezcamos tan sólo fieles”.

La primera pregunta toca a lo que deba seguir a los coloquios doctrinales y éstos han concluido. Puede pensarse que la síntesis de los mismos será ahora examinada, como estaba previsto, por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Aparecerán entonces claramente tanto las convergencias como las divergencias sobre el II Concilio Vaticano y la nueva liturgia. Tras una larguísima maduración, seguramente providencial, en el activo habrá que poner sin duda una mayor claridad, junto con la gracia, inesperada todavía para ambas partes hasta hace pocos años, de haber podido afrontar una discusión sobre la sustancia de los problemas. Sin embargo, la constatación final (sobre la subsistencia de divergencias que sólo el futuro podrá limar) no será radicalmente distinta de la que hizo en 1988 el cardenal Ratzinger, cuando había decidido igualmente firmar con el arzobispo Lefebvre un acuerdo canónico (luego naufragado por la cuestión del nombramiento de los obispos reclamada por el prelado francés).

Y esto responde a la segunda pregunta del obispo Fellay: “¿Qué prevé ahora Roma para nosotros?”. El Papa va a proponer al obispo Fellay la constitución de un ordinariato, para regularizar la situación de la HSSPX y de las comunidades a ella ligadas, dejándoles la plena (e indispensable, vistos ciertos obispos en circulación) autonomía frente a los obispos diocesanos. Algunos miembros de una comunidad Ecclesia Dei han podido precisar que esta propuesta canónica se le hará al obispo Fellay en el curso del presente mes de junio.

Pentecostés de 2011: el actual pontificado ha tenido aperturas inmensas y generosas para alcanzar la pacificación: en 2005, el discurso del Papa a la curia sobre la interpretación del Vaticano II; en 2007, el Motu Proprio Summorum Pontificum para la liberalización de la liturgia tradicional; en 2009, el gesto –por el que ha pagado un alto precio el Santo Padre– de la revocación de las excomuniones de los cuatro obispos de la HSSPX. Parece llegado el momento de alcanzar una nueva etapa: que la Hermandad pase del estatuto irregular de “ilegitimidad” a otro canónico de “reconocimiento”. Es una solución win-win, en la que todos tendrían mucho que ganar: por una parte Roma reduciría una dolorosísima ruptura y encontraría tropas frescas y decididas para llevar la batalla de la recuperación de cuanto los últimos decenios han disipado; por otra la HSSPX se lavaría del estigma de rebelión y de “cisma”, pudiendo así desarrollar un apostolado mucho más eficaz y sin sufrir los mil prejuicios que le acompañan en la mente del católico medio, aun conservando plenamente su actual libertad de movimiento y acción.

Una gran esperanza nos anima. Pero nos atormenta también el temor de que una ocasión decisiva, y probablemente única, pueda perderse. Todos los católicos (salvo los que aman al Vaticano II –o mejor una cierta idea del Vaticano II– más que a la Iglesia) no pueden sino desearlo.

He ahí porqué, por amor a la Iglesia, por afección al Santo Padre y en pro del mejor uso posible de la “misión” de la HSSPX, Messainlatino se toma la libertad de suplicar a todos que se unan a la oración durante toda la octava de Pentecostés, invocando al Omnipotente

Para que la Hermandad de San Pío X pueda volver a encontrar un estatuto oficial en la Iglesia

Por esta intención, aconsejados y con la aprobación de los sacerdotes que colaboran en este sitio, desde el domingo de Pentecostés hasta el de la Santísima Trinidad, pedimos a todos que reciten esta oración:


V/.Veni, Sancte Spiritus,

R/. Reple tuorum corda fidelium, et tui amoris in eis ignem accende.

V./ Emitte Spiritum tuum et creabuntur;

R./ Et renovabis faciem terrae.


Oremus

Deus, qui corda fidelium Sancti Spiritus illustratione docuisti, da nobis in eodem Spiritu recta sapere, et de eius semper consolatione gaudere. Per Christum Dominus nostrum. Amen.


[Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu, y todo será creado. Que renueve la faz de la Tierra.


Oremos:

Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén]


Y de ofrecer por esta intención el rosario diario.

A los sacerdotes les invitamos a sumarse a esta intención en el Memento de su Misa.

Enrico







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